Lección de vida

21 may 2025 / 08:50 H.
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Seré muy antiguo, pero existe algo que me asusta y no es la muerte sino un mañana sin futuro. La gente corriente como yo tiene que forjarse ilusiones y prefiere pensar que en un plazo improrrogable va a saltar de alegría y gozo porque su vida se sostiene en pie gracias a experiencias de lo más inverosímiles. Seré muy antiguo, pero deseo expresar mi disconformidad absoluta con quienes afirman que nadan a contracorriente porque dejaron de lado los valores humanos cuando creyeron que estaban sobrevalorados. Seré muy antiguo, pero aún creo que la humanidad se rige por un ciclo ideológico ético que hay que defender, pues pertenece a una clase social que lo mira expectante sin creerse a veces lo que ven sus ojos. Ojos que miran y ven a unos hipócritas que defienden sin pudor sus derechos de ricos en detrimento de una clase social a la que se le pone carne de gallina. La privatización de los servicios públicos está siendo alentada por una élite o camada de lobos que acorrala a los débiles para llevarlos por una deriva de los servicios sociales y al final de un modelo que sufre hoy el recorte de derechos más grande jamás conocido en democracia. El brutal enriquecimiento de unos lobos disfrazados de corderos nos ha dejado con una falta de confianza absoluta, pero espero y deseo que antes de que nos quiten de en medio, hayamos encontrado las mejores condiciones de vida impulsadas por plataformas sociales y movimientos de apoyo al derecho social y la lucha por las libertades democráticas. La bella Ciao estuvo y sigue estando comprometida con unos pilares básicos que enseñaban a levantarse y a luchar por un trabajo estable que no estuviese explotado por esa élite superrica o icono del mal gobernante. Seré muy antiguo, pero no me gusta la vida asimétrica que padecen mis congéneres y detesto el guión escrito por una ola antidemocrática que progresa sobre todo en el seno de un desánimo generalizado, sustentado por medios de comunicación a sueldo de los grandes lobys al servicio de grandes empresas que nos están llevando a pensar primero en términos como: hay que vivir armados con un kit de supervivencia esperando lo peor, pero lo peor es la limpieza étnica inducida por una hambruna infantil que avergüenza a la humanidad. El caso es que no existe ninguna medicina que cure esta escalada de locos que tienen prisa por vengarse de este ejercito de gente vulnerable que no tiene hacia dónde mirar porque le apagaron las ganas de vivir, mientras los culpables quedan exculpados porque están por encima de constituciones o del mínimo derecho a vivir dignamente: “Aquí y ahora doy un golpe de Estado y a partir de ahora exijo un vasallaje ejemplar a mi persona que para eso me deleito con la humillación de los débiles e indefensos y me ablando con la adulación y la corrupción mediante decretos ejecutivos inconstitucionales”.

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