Lazos verdes

Hace más de un cuarto de siglo me hice jaenero de adopción. Por aquellos tiempos me resultaba muy llamativo ver como todo giraba en torno al olivar mucho más allá de lo que yo podía imaginar. Los anuncios de la radio sobre vareadoras, todas las portadas del diario hablaban de precios, de las campañas o de los albergues, incluso recuerdo en esos primeros momentos un día al entrar en la sucursal que había en la Universidad, como me crucé con dos jóvenes a los que fui capaz de escuchar algo así como “pues para eso mejor lo invierto en cuerdas...”, y ajeno al lenguaje me preguntaba sorprendido para qué podrían querer cuerdas esos estudiantes. Hoy mis glóbulos rojos navegan por aceite, el pequeño Paco Roca y su madre son de Jaén, y sin dejar de ser “granaino” amo a esta tierra y a su gente. Y ayer la vi despertar por primera vez, brava, unida. Nos lo jugamos todo, pero debemos apostar todos, peleando los políticos de cualquier color, generando calidad en cada nivel del sector. Aranceles, etiquetado, precios, almacenamiento, IGP, innovación, formación,... el orgullo jaenero, la dignidad, la herencia milenaria, es asunto de todos. Hoy, tú que lees y yo que escribo, somos muy de Jaén y muy olivareros.