Las vueltas que dan los cerdos

Estas fechas siempre me recuerdan a mi madre, y a su recuerdo asocio a todas las madres que hacían magia en Navidad para que la viviéramos sin echar nada en falta. Ahora que tenemos tantas facilidades para cocinar, pienso en lo valiente que tenía que ser para hacerse responsable de que todos los productos derivados del cerdo llegaran a buen puerto. No es necesario enumerarlos todos, puesto que son de sobra conocidos, pero sí me gustaría hacer hincapié en lo que quedó en mi memoria. Ahora que tanto se habla de economía circular y de aprovechamiento, no hay mejor ejemplo que mi madre dando una vuelta al exquisito cocido que nos esperaba casi a diario. Con la manteca elaboraba unos incomparables mantecados y polvorones; tenía diferentes moldes para cada uno, puesto que los mantecados había que llevarlos al horno. El mismo que perfumaba las calles de olor a canela y cítricos. Los olores de Navidad te transportan a un mundo de sueños, de familia, de amigos y vecinos. Y pasadas las fiestas ella seguía sacando provecho a lo que con tanto esmero cuidaba y conservaba. Nuestras madres han sido el máximo ejemplo de lo que es la economía circular.