Las universidades del futuro

22 may 2018 / 08:39 H.

Este martes se clausura en Salamanca, el IV Encuentro de Rectores de Universia, en el que han participado más de 700 rectores de todo el mundo. Este gran encuentro ha venido a conmemorar el 800 aniversario de la Universidad de Salamanca, la primera universidad española y de las primeras europeas, después de Cambridge, Paris, Oxford, Bolonia y Coimbra. Recordando al gran escritor del 98, Unamuno, la Universidad de Salamanca ha recordado a su emérito Rector con debates y reflexiones que se podrían englobar en la charla “Decíamos ayer, diremos mañana...”, ya que las universidades son uno de los actores que sin duda más tienen que decir en la determinación de la sociedad.

Durante estos dos días se ha contado con brillantes análisis e ideas sobre las universidades del futuro y sobre la nueva sociedad del siglo XXI. Es una realidad, que las universidades están viviendo un momento de grandes reformas y plena ebullición, pero los cambios más profundos están por llegar y los vamos a vivir en los próximos años.

El factor más relevante en estos cambios está siendo la revolución tecnológica, que está ofreciendo nuevas oportunidades para desarrollar ideas, reducir los costes de la investigación, facilitar el acceso al conocimiento y trabajar con fórmulas más flexibles y económicas. Por eso las universidades dejarán de ser ya esas instituciones que marcan las tendencias del mercado de trabajo, entre otras cosas porque la tecnología ha cambiado esos paradigmas y no existe una formación ajustada a un mundo laboral cada vez menos jerárquico y más descentralizado. También se ha hablado mucho de las universidades presenciales y los cursos online y parece que aún le queda larga vida a la presencial, aunque los contenidos impartidos tenderán a convertirse en commodity, para consumirse en cualquier fuente y origen. Se augura larga vida a las universidades presenciales, que convivirán con fórmulas muy flexibles de conocimiento en red, para dar respuesta a la formación permanente. Serán impactantes los cambios en el profesorado, y ese problema actual que en España afecta a miles de profesores precarios desaparecerá, porque habrá múltiples fórmulas de contratación, para que las universidades se enriquezcan con la participación de profesionales ajenos al mundo universitario. También se han analizado nuevos modelos de gobernanza. En un entorno en el que la sociedad demanda cada vez una mayor responsabilidad, rendición de cuentas y transparencia a las instituciones, también las universidades se verán obligadas a jugar con estos instrumentos de gestión. Se ha hablado mucho de los nuevos modelos de aprendizaje en el aula, que deberán estar centrados en la resolución de problemas complejos, pensamiento crítico, creatividad, gestión de personas, coordinación, inteligencia emocional, criterio y toma de decisiones, etcétera, para que los futuros universitarios tengan los conocimientos y las habilidades necesarias para ser competitivos en un mercado laboral radicalmente diferente y exigente. Las universidades, incluidas las españolas han empezado a dar esos pasos y las que sobrevivan a la revolución tecnológica serán las universidades globales que atraerán y formarán a personas talentosas de todo el mundo. No hay duda de que las Universidades han sido uno de los principales motores del progreso, pero para ello se exige más inversión. Hemos sido el único país de Europa que en plena crisis ha reducido el presupuesto de educación. Un error si tenemos en cuenta que es el principal acicate para el desarrollo de nuestro entorno.