Las palabras justas

03 mar 2017 / 11:36 H.

La Justicia, como Pompeya, la mujer del César, no sólo debe ser honesta sino parecerlo. Si nuestro ordenamiento jurídico permite que la sociedad se escandalice ante los resultados de los últimos juicios, no imputaciones, laxas condenas y honorables impunidades, es que no sólo algo está fallando, sino que falla la propia Justicia. Esta es ante todo un principio moral, que como ciudadanos no nos puede dejar la sensación agria de la impunidad, o de que siendo igual para todos, para unos es menos igual que para otros. No quiero pensar que la influencia en los nombramientos del poder ejecutivo y legislativo sobre el judicial pueda tener un beneficioso retorno en las resoluciones de éstos sobre aquellos, porque entonces el problema no sería ya de justicia sino de los pilares de nuestra democracia. Quevedo dijo las palabras justas: “Menos mal hacen los delincuentes que un mal juez”.