Las mañas del señorito

19 may 2023 / 09:21 H.
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El señorito sabe vender bien el producto. De manera inmejorable, y como nadie sabría hacerlo de otra manera, cuando alguien vende algo es porque hay igualmente alguien que lo compra. Su secreto es hacerte pensar que estás adquiriendo una mercancía a buen precio, al mejor precio, cuando en realidad te está timando. Así es él. El señorito con sus mañas. Con sus trajes bien almidonados, sus maneras elegantes y sus formas siempre indicadas para cada momento, sin perder la compostura, ostenta un innato don de gentes, propio de quien no ha pasado necesidades ni se ha visto en aprietos en su existencia, característico de quien hace lo que hace por gusto, sin obligaciones, sin agobios ni sorpresas de última hora, disfrutando de hecho de una vida holgada. Todo para el pueblo, pero sin el pueblo, en una versión costumbrista del nepotismo. Antes iba a caballo paseándose por sus fincas, cortijos, aldeas, pueblos o ciudades. Ahora va con su todoterreno, porque no es un muerto de hambre y, más aún, nunca debe dar esa impresión. Ante los cuellos de botella y las curvas, por muy angostas y cerradas que sean, el señorito sabe agarrarse como nadie y salir airoso... Para eso posee sus contactos y amistades, que le echan una mano cuando hace falta. ¡Para eso están los amigos! Y por estas y otras razones, que aquí no da tiempo a exponer, ahora la Fiscalía Anticorrupción ha abierto una investigación que desde hace más de un año pretende esclarecer unos cuantos miles de contratos exprés durante la pandemia que, en resumidas cuentas, eran dedazos disfrazados de convocatorias públicas, ya que no había margen para que la ciudadanía se informara, y en 24 horas se resolvían. Ahí son nada los datos. Algo así como lo de las mascarillas de la Ayuso en Madrid, pero más cargado de bombo. ¿Quiénes conocían estas ofertas de trabajo? Los contratos se despachaban por la vía rápida y Elías Bendodo se presenta como el responsable de estos supuestos delitos, casi 3.500, en los que de ninguna forma se respetaban los principios de igualdad, mérito y capacidad. En pocas semanas, en marzo de 2020, se realizaron miles de convocatorias y contratos de trabajos que no tenían nada que ver con la urgencia sanitaria... Además, se incurría en otros tipos de discriminaciones, como eran las de género, edad o discapacidad. Cosas de nuestro Bendodo. Y supongo que también serán cosas del coleguilla Juanma, nuestro Juanma, que permite de un modo u otro estos supuestos fraudes, a falta de más referencias. Al parecer hay empresas fantasma que, sin ninguna clase de concurrencia, recibieron millones de euros. Y esto no lo digo yo, que luego no vaya nadie comentado por ahí que soy partidista, que me invento las cosas, o que es fantasía, sino que ha sido noticia hace pocos días, un escándalo sin embargo silenciado por los medios de comunicación, y por eso ha pasado sin pena ni gloria, mientras por su parte el señorito se da una vuelta por las tabernas del barrio y se echa una manzanilla, con su gomina en el pelo a lo Travolta, como decía la canción que popularizó la Pantoja. Cuanto más difíciles se ponen las cosas, más sabe salir el señorito pavoneándose y emperifollado, como cuando va los domingos a misa y, al llegar el momento de dar la paz, se choca la mano con los de al lado, bajando la cabeza en señal humilde. Así es el señorito, nuestro modelo hacia el mundo.

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