Humildemente

Queridos alumnos: Enhorabuena por haberos esforzado; sin esfuerzo no debe haber recompensa. El futuro está delante de vosotros, pero vuestro camino dependerá de las decisiones que toméis especialmente ahora. Unos decidiréis seguir estudiando, otros pasaréis a trabajar, otros no querrán ni trabajar ni estudiar. A estos últimos les diré que no coman, porque el que quiere vivir de los esfuerzos de los demás, ningún beneficio debe recibir. A los que queréis trabajar, pues bien, trabajad, pero hacedlo con seriedad, con honestidad, con verdad, buscando siempre la perfección en lo que hagáis. Y a los que queréis estudiar, si sois estudiantes, sedlo, pero dedicaos por entero, no estéis en otras cosas; porque la recompensa será grande. Tened en cuenta que las carreras universitarias nos pulen, pues, al cultivar la mente, elevan el alma; pero siempre con cuidado de no perder la humildad intelectual, porque de las universidades salen muchos soberbios intelectuales que creen saberlo todo, pudiendo perderse en ello. Los hombres y mujeres (y ya termino) se forjan con el esfuerzo, con el dominio de sí mismos, con la humildad, con la prudencia, con el cumplimiento del deber, y siempre con la verdad.