Las fronteras de las palabras

    21 oct 2023 / 09:15 H.
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    Las palabras tienen, entre otras propiedades, la de producir límites o fronteras. Por ejemplo, cómo se describa uno mismo es importante. Soy romano, soy ateniense, soy andaluz, etc., son descripciones ligadas a la tierra, a la ciudad, a la procedencia. Cuando la religión es la protagonista, las fronteras y las palabras son religiosas; por ejemplo, cristiano frente a pagano. Pagano nunca fue un término peyorativo, excepto cuando se opuso al concepto de cristiano. Cuando es la economía, tenemos las palabras pobre frente a rico; ambas señalan los límites, las fronteras, en donde cada uno debe y puede moverse. Si es la ciencia, las palabras serán ciencia verdadera frente a pseudo ciencia, sin mayores matices. Si por el contrario, es la política la que marca las fronteras, las palabras serán, a grosso modo, derecha e izquierda. De esta manera todo queda dividido e intransitable de un lugar al otro. Toda división es artificiosa e injusta por arbitraria. Pero nos encanta hacerlo y además, para mas inri, en cada lado de cada división volvemos a hacer más divisiones y subdivisiones. No lo podemos remediar ni evitar. Queramos o no, las palabras las creamos para servicio de la naturaleza humana, de nuestras fronteras.

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