Las dos Españas

    06 dic 2023 / 10:10 H.
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    El patio de la buena vecindad está pasando por sus peores momentos, o como se decía antiguamente en Jaén que esto es un lavadero. El odio rezuma odio a flor de labios. La empatía se ha tornado antipatía. Así empezó la tragedia del treinta y seis, pero doctores tiene la iglesia, digo la política, para que aquello no vuelva a suceder. Me dan escalofríos leer el poema de Machado: Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, una de las dos Españas te ha de helar el corazón. Cómo me gustaría cambiar helar por alegrar, pero quién soy yo para enmendar al Don Antonio, pues soy aprendiz nada aventajado de su filosófica poesía. Lo que está pasando debe darle paso a los gestos conciliadores, praxis basadas en la concordia, ya que esta última sólo conduce al despeñadero insalvable, del que es difícil salir. Estamos a tiempo de que impere la cordura y no la locura. El espectáculo que estamos dando en Europa debe acabarse de una vez por todas. Los impulsos groseros deben tornarse amables, civilizados. Si esto ocurriese, otro gallo nos cantaría en este corral que huele a palomino maloliente. Una política aceptable y no censurable, se lo digo a las derechas y a las izquierdas, la política debe ser aquella que no hiera los sentimientos humanos, asimismo que rechace los improperios proferidos a los que los políticos nos tienen acostumbrados.

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