Las
adelfas

    06 jul 2022 / 18:13 H.
    Ver comentarios

    Regresar a lugares que fueron parte de tu vida es sentir calma y también asombro. Aún recuerdo aquellas comidas entre compañeros, previas a un claustro o evaluación, rodeados de adelfas junto a la frescura que el río Cuadros nos regalaba. Y, cómo no, aún vislumbro a los alumnos que, de modo quijotesco, ya empezaban a anteponer sus ideales a su conveniencia en defensa de las causas justas. Y un enclave de Mágina y sus gentes pueden enorgullecerse por ello, por ese rincón que cuidan celosamente: adelfas, rosas de laurel, trinitarias o baladres que se entrecruzan a lo largo del cauce del río ornamentando así nuestro recorrido llevándonos a cascadas de vida. Acceder a este lugar maginense es muestra de progreso y de buen hacer acompañado de ese reconocimiento en forma de Solete gastronómico que será parada obligada de todo buen visitante. Narra una historia que en España la adelfa jugó un gran papel en la Guerra de la Independencia: un batallón de las tropas de Napoleón murió envenenado al comer cordero untado con extracto de esta planta cocinado por los españoles. Pues veamos en la adelfa, como en la película “La flor del mal”, un poder de protección que seduzca y asombre siempre.

    Articulistas