La vuelta al trabajo

Un año más llegamos a esta fecha en la que, cargados con una mochila llena de buenos recuerdos veraniegos, tenemos que afrontar nuestro regreso a la vida cotidiana. El levantarnos sin prisa, desayunar tranquilamente, dar largos paseos, leer a media mañana o a media tarde y fundir la batería de la tablet, serán sustituidos por la alarma del despertador, el cumplimiento de los horarios, las llamadas de teléfono interminables y las prisas para ir a cualquier sitio y al que siempre llegaremos tarde. El cambio de nuestra vida deberemos hacerlo a nuestro ritmo y a nuestra forma, recurriendo a fórmulas y estímulos que mejor se adapten a nuestra manera de ser. Por mi parte, estoy mentalizada de que es toda una satisfacción personal y una enorme suerte saber que, tras los días de descanso, viajes, amigos y salidas, me reencuentro con mi trabajo, que me genera toda la libertad, independencia y desarrollo que necesito. Soy de las que piensa que, quizá la sociedad nos haya influenciado erróneamente, a base de bombardearnos con información sobre lo fabuloso que es jubilarse, y mejor aún si nos prejubilamos, o nos tocara la lotería, en cuyo caso, la primera medida que adoptaríamos sería dejar de trabajar. No estoy convencida, en absoluto, de que desligarnos de nuestra faceta profesional sea lo mejor para la persona, sólo que nuestro cuerpo y nuestra mente buscan arduamente el descanso y la relajación, de igual forma que prefieren el sofá antes que el ejercicio físico. Creo que con la desvinculación de nuestro trabajo, comienza nuestro deterioro físico, mental y social. Cierto que la reincorporación laboral es para algunos más complicada que para otros, pero es beneficioso para todos que la actitud que adoptemos ante la vuelta al trabajo, sea lo más positiva posible. Desde aquí les invito a que consideren el nuevo curso como un reto constante y una oportunidad para descubrir las habilidades que cada cual tenemos para enfrentarnos al día a día. Resulta útil buscar el equilibrio entre el trabajo y la vida privada. Ánimo.