La visión del podio
Recientemente hemos podido disfrutar de las Olimpiadas donde, una vez más, los mejores deportistas del mundo se han medido en diferentes disciplinas. Ha habido duelos muy igualados, récords batidos y sin sabores como la lesión de Carolina Marín. Sin embargo, viendo cómo años de sacrificio deben reflejarse en ejercicios que, en ocasiones, solo duran unos segundos, no puedo dejar de preguntarme qué supone ser el mejor y si se puede medir. ¿Cuántos deportistas no han podido mostrar su potencial por falta de medios? Nuestra realidad se conforma en gran medida por las condiciones, biológicas y sociales, que nos permiten poder disfrutar de muchos mejores momentos para alcanzar el perfecto. En la vida se puede ser el mejor, pero serlo solo tiene sentido gracias al esfuerzo de los demás, porque si nos medimos con otros, estos son parte del triunfo. Son nuestras intenciones hacia el mundo las que nos dan el significado del mismo, la pared es inclinada en la medida en que deseamos escalarla y la lluvia solo nos molestaría si no queremos mojarnos; por lo que la victoria solo es justa si aceptamos que solo es una cara de la misma moneda.