La Virgen de la Capilla

    10 jun 2020 / 16:54 H.
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    Mañana será festivo en nuestra capital, pero no un festivo como el de otros años, sino un festivo atípico, diferente. No habrá bullicio por el barrio de San Ildefonso. No habrá ofrenda floral en la fachada de la Basílica. Los típicos trajes jaeneros de pastira y chirri quedarán guardados en el arcón esperando mejor ocasión. Las tascas del barrio no tendrán el ir y venir de gente de estas fechas. Y por la tarde, esa pequeña imagen del siglo XVI que debe su nombre al lugar del que fue arrancada, no saldrá en procesión como lo hacía siempre. Es otra consecuencia más del coronavirus que tanto daño ha hecho, llevándose por delante miles de vidas y castigando la economía de millones de personas. No importa. Lo verdaderamente importante ahora es que no haya más contagios, que los enfermos se recuperen y que la gente que lo está pasando mal por cualquiera de los muchos flecos que esta pandemia tiene, pueda pronto rehacer su vida. Mientras, los acordes de una guitarra y una bandurria interpretando esa joya musical que tenemos en nuestra ciudad llamada el Bolero de Jaén, sonarán en voz baja, como no queriendo molestar, evocando recuerdos de otros años.

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