La vicaria

Hay personas que deberían vivir al margen de la sociedad. Un conjunto de seres despreciables que no aportan nada, todo lo contrario, son seres sin alma que deambulan por la vida infundiendo dolor a quienes deberían amar. No, amar no está en su lista de prioridades pues, aunque creen hacerlo, estos seres no lo consiguen. Lo que sí consiguen es salirse con su propósito: dañar. Su salida; utilizar a seres indefensos, niños, para hacer el mayor daño posible. Ni los propios lazos de sangre frenan su delito. Cuántos crímenes contra la humanidad se habrán cometido ya desde el inicio de los tiempos y, conforme el ser humano avanza por la vida, este tipo de seres inhumanos retrocede por ella. Se habla de violencia vicaria cuando el agresor usa a los hijos como instrumento para dañar a la madre. Qué violencia más cruel y qué cobardía la de dañar a un ser vulnerable. Los niños lo son. Confían en sus padres y jamás esperan que estos puedan quitarles su propia vida. Aquella que es arrebatada de la forma más cruel y repugnante. Muchos de estos seres miserables andan sueltos por las calles. Mientras existan, la justicia debe ser contundente porque un asesino que te roba la libertad de existir no puede vagar libre por la vida. ¡Basta ya!