La Tuna en Béziers

Este verano he tenido la oportunidad de viajar al sur de Francia con la Tuna Universitaria de Distrito de Jaén, y representar a nuestro país en la feria de dicha localidad de la región de Occitania. De esos días de agosto, me quedo con el cariño y respeto con el que la gente del país vecino nos ha tratado, pero también, con el orgullo que sin complejos demuestran por lo suyo. Cómo cuidan sus tradiciones, cómo defienden su tauromaquia, cómo aceptan lo español, que los impregna por cercanía sin perder su identidad y orgullo francés. Cómo cantan La Marsellesa en mitad de la feria sin temor alguno a ser considerados unos ultras de cualquier signo político. En las recientes olimpiadas de París, demostraron sin fisuras el orgullo de sentirse franchute por los cuatro costados, sin llegar al chauvinismo que a veces los hace un pelín insoportables. En esa misma feria de Béziers, conocí a una chica catalana que en veinte minutos de conversación, me puso la cabeza como un bombo enumerándome todas las cuentas pendientes que los independentistas catalanes tienen con respecto a los españoles. Por una vez en mi vida, añoré no ser francés para hacerme el sueco y seguir disfrutando de la fiesta sin que una catalana me recordara todo lo malo que los españoles les han hecho históricamente.