La sequía que no cesa

    15 abr 2023 / 09:00 H.
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    Por estas fechas siempre tengo la sensación de que todo vuelve a ser más hermoso porque la tierra florece y los campos muestran con todo su esplendor la infinidad de verdes posibles que nos regalan las plantas creciendo por doquier. La primavera es fuente de belleza y vida. En este tiempo el campo se llena de ella porque todo brota, se renueva y vuelve a nacer. La vida, ese bien intangible que a todos se nos escapa cada día, bulle ahora con fuerza y se adueña del entorno haciendo que todas las especies germinen y busquen perpetuar su huella sobre la faz de tierra. Pasear por las veredas cercadas de flores, sentarse al resguardo del sol y contemplar las ramas de los olivos plenas de espiguilla, escuchar el suave rumor del río que se adivina entre las zarzas, ver cómo revolotean los pájaros entre las ramas de los álamos, seguir el rastro de la propia vida entre recuerdos del pasado y deseos del porvenir, soñar con una nueva etapa que está por comenzar, eso es la vida. Y en primavera toda esa nueva vida vuelve a ser motivo de fiesta y celebración en nuestra tierra, renovando nuestro compromiso con el pasado, volviendo a recrear un año más las tradiciones culinarias, culturales y religiosas, todas esas costumbres heredadas de nuestros mayores que son también parte de nuestra vida.

    Tras los carnavales, fiestas de tan grato recuerdo y tan olvidadas hoy en día en gran parte de nuestra tierra, excepto honrosas excepciones en algunas poblaciones que supieron resistir, comenzó el tiempo de cuaresma y volvieron a aparecer aquellos platos de vigilia que son tradicionales y siguen teniendo vigencia en nuestras mesas, como son las alcachofas con panecillos, el potaje de garbanzos, unas veces con espinacas, otras con bacalao, las más con entrambos, los espárragos revueltos, esparragados, también en vinagrillo, los roscos de vino o de anís, las flores de sartén, el arroz con leche y castañas y por fin los hornazos de huevo que son mitad dulce y mitad cena al final de cuaresma.

    Ahora acabamos de vivir la Semana Santa, unos con más devoción y otros con más jolgorio, pero todos con alegría porque es motivo de reencuentro familiar y actividades compartidas en buena compañía.

    Según la tradición, el pueblo judío en Pascua (Pésaj) celebra la liberación de la esclavitud que sufrieron en Egipto y el inicio del viaje hacia la tierra prometida, tal como se
    relata en el libro del Éxodo. Para los cristianos, la Pascua es la fiesta principal y en ella se celebra la semana de pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Entre otros hechos que se relatan en los evangelios, Cristo siguiendo la tradición judaica celebró con sus discípulos la cena de Pascua, y durante esa Última Cena bendiciendo el pan ázimo y el vino instituyó la Eucaristía. Ahora la semana de Pascua es la fiesta de la primavera y para todos es tiempo de renovación, de nueva vida, de inicio de camino y seguridad de futuro. Esa renovación, ese renacer a la vida es la esencia de la primavera; y eso es lo que se celebra cada año después del equinoccio cuando la primera luna llena ilumina la noche.

    Este año los campos están secos una vez más y ya por un periodo demasiado largo y preocupante, el tiempo ha sido muy seco y tan corto de agua que las lluvias de invierno no han llegado todavía. Antes se hacían rogativas y se sacaban los santos en procesión para que viesen los campos secos y así pedir a Dios que nos envíe el agua que es la fuente de la vida, pero en estos tiempos de puro materialismo ya hemos avanzado demasiado en la destrucción de las tradiciones y sobre todo en gran parte hemos dejado de ser creyentes y no parece que podamos revertir el cambio climático con rogativas y oraciones. No está a nuestro alcance todavía manipular las nubes y hacer que llueva, pero todo se andará si Dios lo permite. Eso sí, podemos gestar hijos en vientres ajenos y seguir viviendo con la ilusión de que no sucede nada grave, quizás la inteligencia artificial que es el futuro se apiade de nosotros y nos envíe en abundancia la lluvia que tanto necesitamos. ¡Que así sea, lo antes posible por favor!

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