La que nos espera

22 abr 2019 / 16:12 H.

Con sus claros y sus días de lluvia concluyó la Semana de Pasión. Ahora, a partir de hoy, nos espera otra semana que no será de pasión, porque una campaña electoral ya no apasiona ni a los candidatos, a los que no se les ve ilusión en sus mítines sino ambición, a los que no se les nota convicción sino dudas, a los que se les lee claridad sino confusión y a los que no se les adivina intenciones verídicas sino promesas sin fundamento. Se van a vivir los últimos asaltos de un combate entre cinco candidatos al cinturón presidencial. No serán combates limpios sino repletos de ventajas, todas las artimañas que cada competidor puede encontrar para salir del paso lo más airosamente posible. No importan las reglas porque ellos se las suelen saltar. Una prueba de esto es la decisión de Pedro Sánchez de eludir el debate a cuatro en Atresmedia para fijarlo, por su cuenta, sin consultar a sus adversarios, el mismo día, pero en Televisión Española donde encuentra mayor comodidad y respaldo, eludiendo así el enfrentamiento en la otra cadena. Pedro Sánchez olvida sus palabras, como aquellas en las que denunciaba que “quien no se somete a un debate no merece gobernar”. El ha rechazado un mano a mano con Pablo Casado y no ha querido estar en La Sexta. Quiere hacerlo en su propio hábitat, en una cadena que el PSOE, como hicieron anteriores gobernantes, maneja a su antojo. Es obvio que el actual presidente en funciones se ha equivocado. Ha molestado a sus rivales que, lejos de aceptar esta improvisada cita en TVE, han confirmado que no acudirán y sí lo harán en la que había concertada anteriormente en La Sexta. Las encuestas han venido diciendo que un 40% de españoles aún están indecisos y no saben a quien votar. Con estos manejos de Sánchez es posible que muchos aclaren sus dudas y no le voten y otros muchos que seguirán pensando si merece la pena acudir a las urnas. A todo esto, Santiago Abascal, por decisión de la Junta Electoral, ha quedado fuera de estos debates. Unos entienden esta medida y otros no. Hay quienes piensan que VOX también tiene derecho a dejar escuchar sus proyectos cara a cara con el resto de candidatos. Y aquí corto, porque cuando estoy terminando esta “brisa”, está apareciendo la imagen de Nuestro Padre Jesús por la puerta de su Camarín. Mi elección es clara. Sólo tengo ojos para admirarle en su grande, su radiante y gloriosa majestuosidad.