La profesionalización de la dirección

23 mar 2016 / 17:00 H.

Desde Adian (Asociación de Directores de Instituto de Andalucía) se está planteando, tanto a la Administración como a la sociedad, la necesidad de la profesionalización de la Dirección de los centros escolares. Se trata de darle a la función directiva un carácter más innovador, pero también un impulso ético, orientado al interés general, en un contexto de autonomía de los centros, de superación del modelo gerencial y de reestructuración de la organización escolar desde el ejercicio de un liderazgo educativo distribuido.

A nadie escapa la importancia de los equipos directivos en la calidad y mejora de los centros. Pero su concepción está cambiando en los últimos años. Cada vez queda más obsoleto el perfil de la dirección de un centro limitada a “cumplir y hacer cumplir la ley”. En cambio, la pedagogía actual resalta la idea de que las tareas directivas están directamente asociadas a la mejora de los procesos de enseñanza y de aprendizaje. La prioridad de los directivos es lograr que el profesorado de su centro supere el fracaso escolar y procure el éxito de sus alumnos en el aprendizaje.

En un país como España, con demasiadas leyes y cambios legislativos en educación, con exceso de regulación normativa y currículos sobredimensionados, es necesario el liderazgo educativo compartido de los directivos para transformar la realidad de las comunidades educativas.

La autonomía pedagógica y organizativa de los centros y el incremento de responsabilidades que marcan los tiempos en que vivimos (diversidad étnica y social en las aulas, situaciones complicadas en determinadas familias, “bullying” y acoso entre jóvenes, irrupción de las tecnologías de la información y la comunicación, crisis económica y laboral...) definen el perfil que debe exigirse a la Dirección. Ya no es eficaz la gestión del “dejar hacer” que no se implica en los procesos de enseñanza o de convivencia, sino una Dirección que ejerza un liderazgo integrador, capaz de crear equipos y compromiso profesional del profesorado. Ya no es sostenible una dirección burocrática preparada solo para aplicar la normativa vigente, sino orientada a propiciar la dinámica motivadora en el aula y sensibilizada por los interés social de la educación.

La dirección profesional, ejercida como liderazgo educativo y compartido, exige criterios de calidad: formación específica antes de acceder a la función directiva; autonomía en el ejercicio de sus competencias; pertenencia a organizaciones como Adian o Asadipre (Asociación Andaluza de Directores y Directoras de Centros de Infantil, Primaria y Residencias Escolares); compromiso ético con la profesión.

Los directores necesitan un conocimiento técnico y teórico para afrontar multitud de situaciones complejas, imprevistas, difíciles, inesperadas, y adoptar soluciones con autonomía responsable y eficiente. Se trata de una profesión que exige pericia, o mejor, un virtuosismo que no se adquiere solo con la docencia, sino que requiere formación, conocimientos específicos, destrezas personales y experiencia.

El Informe 2015 del Consejo Escolar del Estado, entre las propuestas para mejorar el sistema educativo, incluye, de forma explícita, la profesionalización de la Dirección en los centros educativos, con una formación para el ejercicio del liderazgo pedagógico y la gestión de los centros, y con un modelo de Dirección que, desde la participación de todos los sectores de la comunidad educativa, gestione con eficacia los recursos humanos y materiales del centro.

Este modelo de profesionalización directiva, no tiene nada que ver con la creación de un cuerpo de directores de colegios como el que se creó, en nuestro país, en la década de los años 70. Se trata, por el contrario, de una dirección no dependiente de la administración política de turno, sino con autonomía real en la gestión de los centros, que combine el servicio público con la innovación, con participación de los sectores de la comunidad escolar para mejorar los resultados educativos. Profesionalización entendida como revitalización pedagógica de los colegios e institutos.