La prevención del suicidio
El pasado domingo por la tarde, en la Plaza de la Constitución de la capital, el Teléfono de la Esperanza de Jaén, conmemoró el Día Internacional para la Prevención del Suicidio. Se dio lectura a un manifiesto, se procedió a un simbólico encendido de velas y se terminó con un magnífico concierto guionizado de la Banda Escuela de la Sociedad Filarmónica de Jaén. El suicidio es el principal motivo de muerte por causa externa, por tanto, un problema de salud pública que de primer orden. Son 11 personas al día. 4.097 suicidios en el año 2.022, más que en el año anterior. Cifra que, según los datos de primer semestre de este año, sigue su incremento. Los suicidios en menores de 20 años también van en aumento. Cifras sobrecogedoras que duelen e impactan mucho. Este año, con la campaña “La Esperanza está en el aire”, desde el Teléfono de la Esperanza se ha querido incidir especialmente en la importancia del cuidado de la salud emocional en la infancia, la adolescencia y la juventud. Son miles los jóvenes que acuden a los recursos de esta ONG para compartir su vulnerabilidad, ya que se sienten solos, incomprendidos, atrapados, perdidos, sin referentes que les sostengan. Hay mucho por hacer, por ello es muy necesario y urgente poner en marcha un Plan nacional de prevención de suicidio en nuestro país. Un Plan que recoja programas de actuación preventiva y de intervención en contextos educativos. Un Plan con el que se construya una red de cuidado y protección entre todos y para todos. Todo esto y más, se reclama en el manifiesto que se pudo escuchar en el acto. Ojalá que estas cifras y otras muchas que nos llegan a través de los diferentes medios de comunicación; estos actos de concienciación que cada año celebra el Teléfono de la Esperanza; y estas llamadas que reclaman prevención, intervención y postvención; culminen con ese Plan que sume esfuerzos con el objetivo de revertir esta realidad que tanto sufrimiento genera. Mi reconocimiento a todos los voluntarios del Teléfono de la Esperanza por su trabajo eficaz y desinteresado en despertar la esperanza a quienes la tienen dormida.