La posverdad

29 ene 2018 / 08:56 H.

En fechas recientes he asistido a una conferencia del periodista, escritor, académico y empresario Juan Luis Cebrián, todo un mito de la transición democrática. El título de su disertación, “La posverdad”, es un neologismo que viene usando desde hace tiempo. Él, que tanto sabe de medios de comunicación, se manifestaba muy preocupado por lo que está ocurriendo en los últimos años: internet se ha convertido en la mayor plataforma de noticias y de negocios. Y esa red de redes es muy difícil de controlar. Las fronteras entre la verdad y la mentira se difuminan. Hoy prevalece la inmediatez de la información que facilitan las nuevas tecnologías. Y no se valora demasiado la veracidad de las informaciones que se transmiten. Se usan bulos para influir en la opinión pública o para desacreditar al adversario. Pero esto no es nuevo ni exclusivo de nuestro tiempo. Para encontrar la “verdad” siempre fue necesario conocer datos e informaciones contrapuestos. Y eso sí lo facilita hoy internet, dificultando cualquier manipulación. Existen ya pocas “verdades absolutas”. Es cierto que vivimos en la posverdad. En una permanente pugna ente tradición y progreso. ¿Acabarán pereciendo los libros y periódicos en papel como algunos vaticinan? ¿O volverán a resurgir como los discos de vinilo? También aludió Cebrián en su discurso a los políticos españoles. Resaltó que estaban muy mal pagados. Una verdad o “posverdad” que, sinceramente, muchos no compartimos.