La “polis”
La ciudad es el espacio natural donde cobran forma las libertades del ciudadano y se residencian buena parte de sus derechos fundamentales. El municipio donde habitamos no es solo ese lugar marcado por unas fronteras administrativas donde se aplican las estadísticas oficiales. La “polis” actual ha dejado de ser el sinónimo de aquella ciudad autárquica y aislacionista de antaño, para convertirse en el punto de encuentro de una ciudadanía cultural y socialmente diversa; el territorio en definitiva donde se mide la autenticidad de los objetivos fundacionales del contrato social. Por razones como las anteriores la participación política en unas elecciones locales resulta esencial para una sociedad que aspira siempre al bienestar y la calidad de vida. A pesar de sus limitaciones competenciales o presupuestarias, las instituciones que configuran esta escala de gobierno son determinantes en el cumplimiento de los compromisos constitucionales. Su teórica inferioridad política queda compensada por la proximidad a una comunidad que ve en ellas la primera línea de batalla donde se hacen valer sus derechos y libertades, allí donde se hacen políticas que gestionan nuestra potencial felicidad.