La pobreza de una tierra rica

    10 oct 2019 / 19:58 H.

    De pequeña deseaba que a los olivos se les cayeran las hojas, que cambiaran de color y sembraran el suelo de pepitas doradas. Entonces, no sabía que los jiennenses no podemos permitirnos el lujo de perder nada, ¡es tan poco lo que tenemos! Otra vez nos situamos al frente de un ranking, empezando por la cola, claro está. Huesa, después de Zahinos en Badajoz, es el pueblo con menor renta per cápita de España. Y no es una excepción, pues la mayoría de los municipios jiennenses se sitúan por debajo de la media. El otoño llega, los olivos siguen siendo de hoja perenne, como nuestros problemas. Continuamos siendo una provincia pobre, con los índices de desempleo más altos del país. Y contemplamos, no sin temor, que los años buenos pasan y la economía da indicios de desaceleración, mientras los políticos andan en lo suyo. ¿Y qué nos queda a nosotros? La pobreza de una tierra rica. El oro líquido que se derrama entre nuestros dedos, como arena de playa que acaba arrastrada por las olas. ¿Quién se queda esa riqueza? Hubiera preferido hablar solo del otoño, de sus mañanas frescas, de los mediodías cálidos y sus atardeceres luminosos, pero las estadísticas me devuelven a la triste realidad.