La paz social en la Justicia

21 may 2023 / 09:00 H.
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Después de una larga y, a veces, insufrible precampaña electoral ya estamos inmersos en la fase donde las distintas opciones políticas entran en la campaña de pedir el voto a la ciudadanía, es decir, el momento en el que se hacen efectivos los compromisos políticos de cada partido mediante sus programas electorales en los que se recogen una serie de pilares fundamentales que nos afectan a todos y que suelen variar en función de si son elecciones generales o municipales. Ahora toca el proceso electoral en nuestros municipios y comunidades autónomas donde la ciudadanía exige la resolución de sus problemáticas que son muy diferentes en cada localidad. No es el momento de abordar temáticas de alcance nacional que los futuros alcaldes no pueden resolver, aunque si alzar la voz. Es el momento de escudriñar en nuestras carencias locales que, en la mayoría de las ocasiones, tienen que ver con el empleo, la vivienda, la despoblación, la sanidad, la educación, las infraestructuras, etc., pero hay otras cuestiones mucho más específicas que afectan a cada barrio y a cada rincón de nuestro pueblo y de nuestra ciudad que han de ser recogidas en los diferentes programas en los que se nos ofrecen multitud de promesas, formuladas en muchas ocasiones sobre la marcha, y que en ocasiones son repetitivas porque no han sido cumplidas en el período anterior. Los políticos tienen una verdadera pasión por las promesas y las dádivas en período electoral que anuncian en entrevistas y debates públicos antes de que acudamos a las urnas. Pero no olvidemos que los regalos prometidos no los pagan los políticos de su bolsillo, sino que los pagamos entre todos en el caso de que lleguen y que, además, muchas de las promesas se incumplen, algunas de ellas muy sonadas, y en Jaén la ciudadanía sabe bastante de ello.

Dentro de pocos días, después del 28M, una vez que se constituyan las corporaciones locales y tomen posesión las personas electas en representación de la soberanía popular, algunas (muchas o pocas) de las promesas que ahora se están realizando quedarán en el olvido y las veremos pasar de largo ante la indefensión de la ciudadanía para exigir el cumplimiento de la palabra dada por las personas candidatas. No existe un marco jurídico para poder reclamar aquello que prometieron. Tan solo queda esperar a un nuevo período electoral y los afines a las diferentes opciones políticas volverán a votar a las mismas personas y partidos que no cumplieron sus promesas u optar por otra formación política. A modo de reflexión creo que toda la ciudadanía de Jaén sabe cuáles son los principales problemas que le afectan y que han de gestionarse y solucionarse en el ámbito de lo local con proyección autonómica y nacional. Hablamos de vivienda, de inseguridad, de movilidad, de transporte público, de cultura y ocio, de educación, de sanidad, de delincuencia, de marginación social, de medio ambiente, de remodelación de espacios urbanos, de atención a personas vulnerables, de tráfico, de control de ruidos, de depuración de aguas, de planes urbanísticos y muchos más que seguramente el lector podrá ubicar desde su barrio o espacio donde reside. Muchos de estos problemas pueden abordarse desde las propias corporaciones locales, otros tendrán que resolverse en un ámbito de cooperación con instituciones autonómicas y nacionales siempre buscando el bienestar social de todas las personas. Creo firmemente que todas las opciones políticas plantean, en el fondo, la mejora del bienestar de la ciudadanía jiennense, desde su propia ideología, aunque en las elecciones municipales adquiere un papel importante la persona que encabeza cada formación. A la hora de votar parece acertado reflexionar sobre las promesas que nos hicieron hace cuatro años no para ser cumplidas sino simplemente para atraer el voto. A pesar de todo animamos a ejercer el voto para mantener una democracia justa.

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