La “nueva normalidad”

    10 jun 2020 / 16:54 H.
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    Pero, ¿qué invento es esto?”, que diría la “musa del cuplé”, doña Sara Montiel, aunque hoy solo la traiga a colación por la frase, que hizo fortuna, tras haberse celebrado su último matrimonio, a principios del milenio. Y es que mucho han cambiado las cosas desde entonces, tanto, que ni Nostradamus predijo lo que nos sigue trayendo de cabeza tras meses de confinamiento: un virus letal, para algunos, e imperceptible, para otros en cuanto a la sintomatología, pero... ¡lo que ha liado en todo el mundo, no tiene nombre! “La nueva normalidad”, si bien no alcanzo a entender qué significa, ni siquiera en un sentido poético —porque lo que es habitual u ordinario, se considera lo normal, por lo que lo correcto sería decir “volver a la normalidad”, si hablamos con propiedad lingüística— es cierto que, probablemente, nada tenga que ver con aquello que decíamos cuando todo el mundo se unía en los aplausos, a las ocho, escuchando la melodía “Resistiré”, del Dúo Dinámico: “el ser humano, tras esta experiencia, será mejor con sus semejantes”. Esto es tan falso como pensar que un conejo es el resultado de la unión sexual de una cabra y un zorro. Quien era bueno antes del coronavirus, seguirá siéndolo ahora, o al contrario, si bien el concepto universal de bondad o maldad, no habría de venir asociada con ningún tipo de creencia o confesión religiosa, aunque esto ya sería para otro debate o reflexión. Que existen personas químicamente malvadas es más que evidente, al igual que también tenemos, a Dios gracias, otras tantas que hacen el bien, que ayudan, que quieren, aman, sonríen a la vida y a sus semejantes. No concibo, no obstante, que haya alguien que sea capaz de matar a otra persona, alguien que someta a un hombre de color y acabe ahogándolo en el suelo, aprovechándose de un uniforme, como tampoco sinvergüenzas y mal nacidos —de a pie— que persiguen a ancianas para robarles, o que intenten quitar por la fuerza un reloj a un señor, pegándole patadas en el suelo. ¿Seríamos mejores?, ¡ja!, el hombre, mal que nos pese —como decía en 1651 Thomas Hobbes, en su obra El Leviatán— es un lobo para el hombre. ¿En qué consiste, pues, “la nueva normalidad”?

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