La nueva luz de amanecida

    13 abr 2023 / 09:00 H.
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    Amaneció en Jaén un nuevo día, de pétalos alados se levantó la aurora, el sol vistió de luces el cielo y las montañas, sobre el viejo castillo la noche se alejaba desatando su manto de estrellas encendidas, dando paso al alba que despertó con la mejor noticia: La muerte ha sido vencida, hemos sido de ella rescatados, liberados de sus aciagas sombras, de sus espesas tinieblas conquistados. Y Jaén se levanta con el sol en las manos, con la
    alegría de sabernos amados, de tener la certeza de una vida inmortal que nos aguarda, que nos conduce al dulce
    son de una música nueva, de una partitura donde la vida es plena entre las notas de un pentagrama que ha sido bendecido con el agua y la luz de una noche callada y expectante, de un amanecer al son de un aleluya entre nubes de incienso derramada. Oh excelso
    amanecer que nos muestra la vida, oh dulce canto que nos trae la esperanza. Las sombras disiparon su oscuridad
    herida y la luz se asomó a todas las
    ventanas. Oh dichosa mañana, oh tiernas
    sensaciones que contagian su voz al son de
    las campanas. Los
    cohetes retumban antes que el sol despierte, con el amanecer amanecido, con las primeras luces, con el alba...

    He sentido la fuerza, la armonía de una marcha que entona la mañana, he notado el compás de la naturaleza y sentido la dulce brisa azul cuando Dios pasa. Jaén vuelve a reír, a cantar, vuelve a sentir la vida, la esperanza, vuelve a notar el suave aroma de las blancas rosas, el dulce susurrar de la nueva
    mañana. Los blancos azahares han vestido de aroma la ciudad en un lento murmullo sin palabras, y Jesús con los brazos alzados de la muerte se escapa. Y Jaén canta un son de primavera de aleluyas y marchas a ti, Regina Coeli, donde ahora la alegría inunda tu corazón, María de
    la Victoria, de gozo y
    de júbilo has llenado tu alma. y Jaén
    se une a ti, a tu alborozo, contigo celebra la Vida que el Señor nos regala. Llévanos de tu mano a la Gloria, donde ya no
    hay llanto, ni luto, ni dolor, ni penas, ni desgracias...

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