La Novena “Freiheit”

    16 may 2024 / 08:57 H.
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    La historia se edita una y otra vez como la rueda de la vida gira y gira sin parar. Tras la celebración a nivel internacional del segundo centenario de una sinfonía, creada en 1822 por un genio compositor de apellido Beethoven, escuchar el cuarto movimiento hasta la saciedad me sabe a poco. Fue en 2001 cuando la Unesco declaró como Himno de la Alegría la novena sinfonía, teniendo mayor repercusión el cuarto movimiento con la innovación que hizo el genial compositor de añadir al final las voces de una coral. Fue Leonard Bernstein, quien, tras la caída del muro de Berlín, dirigió la orquesta berlinesa en el concierto de Navidad de 1989, y en su emoción y plena alegría pronunció “Freiheit” en el Konzerthaus de Berlín. El superlativo compositor recibió el encargo en 1820, cuando se había desvinculado de su tierra desde hacía dieciséis años. Dicha sinfonía la estrenó en Viena con un rotundo éxito entre los asistentes que asombrados y extasiados tras los 78 minutos de su duración aplaudieron en cinco bises. Les supo a poco. Y todo porque la novena sinfonía en D menor Op. 125 “Choral” siempre saca lo mejor de cada persona al escuchar su fraternal canto final. Este himno rompe todas las fronteras.

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