La nocturna cara del sol

    27 ago 2023 / 09:00 H.
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    Hace doce meses desde esta misma esquina del “JAÉN” anuncié que estábamos viviendo el verano más fresquito del resto de nuestras vidas. No es que yo pretenda ser uno más de esos climatólogos gurús que con tanta insistencia nos aporrean por las redes sociales, en los noticiarios digitales y las teles con sus predicciones y advertencias sobre el mal tiempo (antes el mal tiempo era cuando llovía) y el exagerado calor que venimos sufriendo cada uno de los veranos de estos últimos años, solo que no hay que ser un lince para darse cuenta de que el calentamiento global es casi imparable y a todas luces peligrosísimo para nuestra supervivencia. No hay consuelo posible que remedie las sierras y los montes casi desérticos, las cosechas perdidas, los ríos y pantanos secos; nadie que viva en este planeta está libre de sentirse culpable o ignorar que esto no es pasajero. Así que perdida la esperanza de que el sol amaine la extensión y la intensidad de sus cansinas olas para cuando mañana amanezca, solo nos queda pedirle al astro rey que no caliente tanto de noche, y decirle a los gurús climáticos que nos dejen de noches tropicales y tonterías.

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