Es Navidad

23 dic 2018 / 12:38 H.

El otro día, en el Instituto donde imparto clases, colocamos un portal de Belén, al día siguiente un padre vino a protestar, en nombre del laicismo, cuestionando por qué en un espacio público no se respeta la aconfesionalidad. Comprendí que ese mensaje que la Navidad cada año nos transmite no es entendible por todos. Dios vino para enseñarnos a convivir, a perdonar, en definitiva a amar. No hay alegría ni tiene sentido la vida que no brote del propio corazón creado para amar y ser amado. Esta es el mensaje más importante de la Navidad: que creados a imagen y semejanza del Creador, viviendo la bondad y la humanidad, podemos contemplar en cada ser humano la huella del Creador. Para entender el verdadero mensaje de la navidad necesitamos de la humildad y de su hija más preciada, la alegría; sin estas claves, estas fechas serán ruidosas y gastosas pero no dejarán nada en al corazón inquieto que busca descansar en la verdad que habita en cada interior. Solo el amor es digno de fe y, en definitiva, es la prueba más tumbante de la existencia de Dios que solo el ser humano puede amar como Dios nos ama y solo amando puede dar sentido a su plena humanización. Sin esto, yo también protestaré por una Navidad sin religión que seca y ahoga el corazón humano.