La muerte

    30 ago 2022 / 16:00 H.
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    Hace unos minutos, me acaban de comunicar el fallecimiento de un familiar. Atrás quedaron los años en que morían los abuelos, los primeros por lógica en dejarnos. Más tarde empezaron a marchar los padres y madres y en mi caso, empiezan a dejarnos miembros de la tercera generación familiar, es decir, primos. En algunos casos como este, demasiado pronto, pero es que siempre es pronto cuando te deja alguien con quien has convivido, independientemente de la edad que tenga. En ocasiones da miedo mirar atrás y ver la cantidad de gente que se ha ido quedando en el camino, pero la vida tiene su principio y final y conforme van pasando los años, somos testigos de muchos de estos finales que no dejan de ser tristes aunque sepamos que tarde o temprano llegarán. Cuando alguien muere, el mundo sigue girando, las alegrías y las penas siguen conviviendo, nada cambia porque en realidad somos algo insignificante para los demás. Pero aún siendo consciente de esta insignificancia, hoy un trozo de mi infancia se ha ido también con el fallecimiento de ella.

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