La monja decapitada

    27 abr 2023 / 09:59 H.
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    A nadie extraña que en el fastuoso Vaticano se guarden secretos, misteriosos y sombríos, como el que hoy os traigo a la palestra de esta columna. En lo más profundo de las entrañas pontificias se guarda celosamente la cabeza momificada de una monja alemana, llamada María Rosenthal, que vivió a finales del siglo XVIII. Y os preguntareis ¿cómo y por qué llegó esta monja a perder la cabeza? La respuesta la encontramos en los mismísimos archivos vaticanos donde se detalla como esta monja sufría de una importante malformación: hermafroditismo, algo que consideraban, por aquel tiempo, demoníaco. A lo largo de toda su vida padeció innumerables humillaciones y vejaciones por parte de todo el mundo. Los doctores de la Iglesia prescribieron que lo mejor sería contar por lo sano, vamos, por la testa, e idearon un plan en el que la joven moriría a la edad de Jesucristo, treinta y tres, y de esta forma derrotarían al maligno. La monja descubrió el plan y se suicidó antes, aunque la iglesia continuó con su exorcismo y decapitó el cadáver. La cabeza se conserva en una caja de madera con una cruz, un frasco con su sangre, un candado (por si las moscas) y algunos escritos que la pobre desdichada dejó en su diario.

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