La memoria

03 abr 2024 / 09:00 H.
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Cumplir años es algo que no ocurre todos los días por más que se pueda desear, es un hecho singular que nos lleva a querer celebrarlo. No deja de ser un momento para pensar en la vida. Seguimos aquí. Una construcción emocional más que un hecho cronológico. En un sistema económico como el actual, todo es susceptible de ser comercializado induciéndonos a interpretar la alegría del acto, si y solo si, se hacen regalos, te felicitan y se usa como pretexto social para consumir por el medio que sea. Si no se materializa este consumo, consideras que careces de reconocimiento social y autoestima. Es un momento de reflexión no para la frustración, de valorar el viaje realizado hasta el momento, la consecución de logros y el aprendizaje de los errores. Es una oportunidad para la memoria. Este es mi caso, quien escribe y se presenta a compartir un instante de pensamientos con ustedes todos los meses desde hace seis años. Hoy cumpleaños. Punto para parar y entender este viaje como resultado de la memoria viva con la curiosidad de quien ve por primera vez el mar. Virginia Wolf escribe en un viaje que “Quien escribe, lo que sea, cuando viaja al extranjero escribe un diario de impresiones”. Si vivimos el día a día como ese viaje descubriremos que la realidad tiene otros enfoques y que se nos escapan muchos detalles que obviamos por creer conocer nuestra memoria. La memoria es la revisión del tiempo, de su pluralidad en nuestra existencia construida desde las emociones de la historia personal y su contribución a lo colectivo. La historia no puede verse como un catálogo de hechos descriptivos sin análisis. No existe un una conclusión a priori, el problema está en quien quiere interpretarla sin entender su naturaleza científica. Sin el trabajo científico de los historiadores, la memoria no es más que una idealización basada en el “sesgo de confirmación” tendiendo a ver en la información lo que confirma mi percepción, sin evidencias, del relato basado en opiniones. La ciencia no es opinión, sino confirmación o negación de hipótesis resultado del análisis de evidencias y datos. La historia como construcción de la memoria colectiva no puede verse como el debate de un programa de telerrealidad. En la memoria no hay suposiciones elevadas a rango de verdad, solo porque alguien que hace una afirmación generando el “efecto de falso consenso“, creyendo que una afirmación, basada en intereses de parte sin más pruebas, se acepta entendiendo que las personas están de acuerdo con la afirmación. Una cosa es la leyenda y otra la ciencia que se materializa desde las herramientas historiográficas aplicadas por historiadores a los hechos. El señor Macri por mucho que afirme como verdad que no existió la desaparición forzada de personas, no por ello será cierto. La evidencias materiales, las múltiples declaraciones, los trabajos historiográficos basados en el “informe Sábato”, define lo que pasó y la necesidad del reconocimiento sin una búsqueda de revancha, sino como construcción de la identidad colectiva. No se puede definir la situación como la necesidad de concordia y la historia como una negociación de consenso. No se entiende la memoria colectiva desde la negación de la evidencia; la tierra no es plana, mas que pese a los que lo afirman; ni podemos dejarnos influir y por lo que afirmaba Borges: “El pasado es arcilla que el presente maneja a su antojo”.

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