La madre superiora

12 may 2017 / 10:16 H.

Yo, que es raro el día que me acuesto sin haber visto una película, incluso dos, me quedo pasmado porque ni en las cintas de mayor intriga, misterio, enredo y suspense encuentro una trama tan refinadamente sorprendente y maquiabélica como la urdida y llevada a cabo durante casi 20 años por el clan Pujol.

Es increíble cómo el patriarca, que llevó durante tantos años el calificativo de muy honorable, se burló y robó sigilosamente el dinero a los catalanes y a todos los españoles, sin distinción. Conforme avanzan los días y las pesquisas policiales nos encontramos con estratagemas que causan estupor. Una mafia bien organizada que se las arregló para llenar sus cuentas de cientos de millones de euros, ante la mirada distraída de quienes tenían la obligación de saber algo del asunto. Claro, que el hecho de que los billetes les saliesen ya por las orejas a los Pujol levantó las sospechas que les han llevado al banquillo. Los Pujol decidieron fundar una comunidad religiosa de la que Marta Ferrusola, la matriarca, era la madre superiora y el capellán, el mayor de sus hijos.

Estaba, además, el cómplice “monseñor” que entendía las jaculatorias que le enviaba la superiora en las que le sugería dónde debería enviar y colocar los “misales” nada económicos, porque cada uno de ellos significaba un millón de pesetas que se esfumaba de España para “cristianizar” a los banqueros de los paraísos fiscales. Ahora saldrá el nombre del prior, del sacristán y de no sabemos cuántos acólitos que ayudaban a engrosar el fondo de fe monetaria de toda la comunidad benefactora de sí misma. Es un caso más de corrupción de los muchos que ya conocemos y, seguro, de los que nos quedan por saber. Asusta conocer la cantidad de obras faraónicas que han costado cientos de millones, como velódromos, auditorios, conservatorios, etcétera, que están sin terminar, sin utilizar y totalmente abandonados. Hay quienes se preguntan qué utilidad podría darse a estos enormes edificios. No les extrañe que, si la Justicia actúa correctamente, tal vez habrá que utilizarlas como cárceles, porque da la impresión de que las que ya hay serán insuficientes para acoger a tantos delincuentes. De todos los políticos encausados, sólo uno tuvo visión de futuro, Francisco Granados, al inaugurar la prisión en la que él está ahora recluido.