La joya del mundo

Creo que es un hecho objetivo que la civilización europea actual tiene dos raíces fundamentales: el Imperio Romano y el Cristianismo. El Imperio Romano trajo el Derecho y la organización del Estado; y el Cristianismo, con el que se fundió, vino a humanizar las durezas de una civilización romana que andaba entre dioses de mármol. Y de aquí, la Europa romano cristiana, la joya del mundo. Pero déjenme un poco más. Dentro de la joya del mundo, hay otra en su centro que brilla más aún y se llama España, la más notable historia de la Europa toda, del mundo todo, joya entre las joyas que se encuentra en la sangre de los españoles, de ayer y de hoy. Permítanme traer (otra vez) estas letras: “Que nadie se burle de mi amor por España y tener tan firme mi ideal de Patria. Una historia grande ... y honrosas hazañas ... algo único grabado en sus páginas, el logro de un sueño que buscó en las aguas una nueva ruta llena de esperanza ... ¡Las tres carabelas, tres palomas blancas! Lengua de Castilla, la lengua de España, partió con las naves, quedando arraigada como el tallo tierno de una fértil planta ... Que nadie se burle, si he abierto mi alma, diciendo que siento amor por mi Patria”. (Carmen Alcalde).