La ignorancia sobrevenida

Resulta cada día más sorprendente la ignorancia y olvido que se tienen en España sobre los asuntos propios. Rajoy nada sabía de la economía en el PP. Cada vez que llega alcalde nuevo, nada sabía del estado del consistorio que hereda. El Banco de España nada sabía del estado de cajas y otras entidades financieras. Y en esas estamos instalados, el olvido como argumento que justifica la inoperancia y, en muchos casos, la ineptitud en la que políticos y entidades están instalados. Esa premisa básica legal que dice “el desconocimiento de la Ley, no exime de su cumplimiento”, se la pasan por el arco del triunfo, día sí, día también, muchos próceres del Estado. Desde que una vecina marbellí dijese aquello de desconocer de donde venía al ser preguntada por el dinero en bolsas de basura, hasta el día de hoy, nos invade una epidemia de amnesia. De lo único que parecemos estar al día todos es de Venezuela y el tema catalán. Puede que sea así no como cortina de humo sino eficaz vacuna para eliminar la enfermedad de las malas conciencias. De eso, mala conciencia, vamos sobrados.