La hostelería tiene que ser fuerte
Hace apenas tres días que vi publicado en varios diarios nacionales una manifestación de la actual ministra de Trabajo del Gobierno español en la que decía que muy probablemente el sector de la hostelería y turismo, tendría que esperar a finales de año para volver a su actividad. Rápidamente llamé a los miembros de nuestra Junta de Gobierno para elaborar un artículo que pusiera de manifiesto nuestra total preocupación referida a ese comentario.
Así lo hemos hecho y a continuación expongo los pensamientos que cada miembro de la citada Junta ha manifestado. Dicho esto no me puedo sustraer a recordar de nuevo a nuestro presidente emérito Alfonso Sánchez. Lo hago desde dos perspectivas diferentes, ambas con todo el cariño del mundo. La primera: mi recuerdo de Alfonso hace que piense, ¿cómo estaría viviendo Alfonso este confinamiento? Sin duda mal, no hace falta recordar que Alfonso estaba “recogido en la calle” para regocijo de cuantos se cruzaban con él. Alfonso necesitaba relacionarse con las personas, era gran parte de su “modus vivendi”. Comentar que un importante número de clientes de su gestoría pertenecía al gremio de la hostelería. La
segunda es que estoy seguro que se hubiera puesto delante de su ordenador para expresar su indignación por el comentario aludido.
Voy al grano. Queremos solidarizarnos con los hosteleros de Jaén y de su provincia, con sus familias, que están pasando por difíciles momentos, pero de hecho, ellos, los hosteleros de Jaén, saben bordear todos los inconvenientes que les han aparecido de pronto. No es el momento de la resignación, al contrario, deben tomar caminos alternativos, deben, en definitiva, sumar y no restar, los momentos y vicisitudes que están viviendo las superarán, no nos cabe la menor duda. Se tendrán que reinventar, pues claro que sí. Desde luego nuestra Cofradía está con este sector, que por su parte es uno de los más emergentes y dinámicos de la provincia de Jaén.
No debemos nunca olvidar algo de la realidad social de nuestro Jaén, y que incide sin duda en su economía, me refiero a la humanidad y cercanía de sus gentes, cercanía que nos lleva a una forma de vida tanto para los jiennenses como para los que nos visitan.
Sí, hablamos de bares, también de restaurantes, de nuestros bares y nuestros restaurantes. Ellos nos brindan nuestros gustos gastronómicos, sencillos pero a la vez exigentes, esos que ponen de manifiesto nuestro carácter, cuando acudimos a ellos. Nuestra Cofradía, compuesta de personas que aman, viven y disfrutan de sus encuentros está junto a ellos. Todo esto volverá, debe volver y cuanto menos tarde será bueno para todos, y como no, para esos bares y restaurantes que nos esperan con los brazos abiertos para los reencuentros que tanto deseamos. No necesitaremos abrazarnos, lo haremos con la mirada y los gestos.
Termino: ¿De verdad, debemos esperar que una economía que gira alrededor de la hostelería y el turismo, con miles y miles de trabajadores, economía con esos mimbres de sol, alegría y buen yantar se deje al albur de un comité de expertos o peor de una ministra que a lo mejor no es de trabajo? ¿Queremos o quieren que todo esto languidezca en el tiempo porque nadie es capaz de poner fecha al fin?
Nuestra Cofradía ya eleva al cielo una copa de vino y pide a Dios por los que no están y también para que los que quedamos seamos un poco mejores y nos queramos muchos más.