La gran sequía

26 ene 2018 / 09:14 H.

Reconozco que sé poco de agricultura, pero sí sé que el agua es el elemento vital para su mejor desarrollo. Y las lluvias no acaban de llegar con la prodigalidad y densidad que serían indispensables. Sin embargo, la naturaleza para la política es muy diferente. La política de nuestro país ha sufrido varios temporales y, sobre todo, la tempestad sobre Cataluña, que tal vez para el campo habría sido muy beneficiosa, ha hecho añicos a más de un partido político cuya cosecha de votos se está yendo al traste. El más perjudicado parece que está siendo el Partido Popular, que no ha sabido capear estos aguaceros separatistas, ni otros muchos problemas de los ciudadanos. Francamente, da la impresión de que el PP está chorreando, y más que lo va a estar cuando lo de la Gürtel se aclare. No importa, Rajoy está dispuesto no solo a seguir sino a presentarse a otras elecciones.

Otro en el que estos últimos chaparrones han hecho estragos es Unidos Podemos. La lluvia les ha mojado las alas y se está viendo que no cuentan con muchos otros recursos para levantar el vuelo. En las intenciones de voto, el desplome de Podemos es contundente. Además, el presunto salvador del país, el que quería ganar el cielo por asalto, es el líder menos valorado por la opinión pública. A Pablo Iglesias no solo se le han mojado las plumas de las alas sino que da la impresión de que se le ha visto el plumero. Su vuelo ha sido muy corto, tan corto como su programa. Lo que le faltaba a Pablo Iglesias es esa pésima gestión política que ha hecho del problema independentista. Ha demostrado que, a él, España le importa tres pitos y un tambor, y que lo que quiere es invertir sus votos en la opción que más ventajas le ofreciera.

Tampoco benefició a Pablo Iglesias el haber relegado a su hombre de más confianza, Íñigo Errejón, quien, desde entonces, está ganando enteros. Claro que Errejón está más preocupado preparando su asalto a la presidencia de la Comunidad de Madrid que por el problema catalán. Mientras que los chaparrones continúan, los únicos que han encontrado donde guarecerse son los de Ciudadanos. Y el PSOE que ahí anda sin decidirse a “mojarse” o no. Quien peor lo tiene es el PP, porque el cielo de la Gürtel amenaza con más negros nubarrones. Algunos de los corruptos que se llevaron el dinero lo van a tener que invertir en paraguas. Y, quizás, ni por esas...