La geografía del dolor

01 nov 2023 / 09:01 H.
Ver comentarios

En los cielos que rodean el mar de olivos, más allá de las nubes, la Ciudad Sanitaria de Jaén se alza imponente como una etérea aparición levantada, ladrillo a ladrillo, con el mágico aliento de las promesas electorales. Y es que la geografía jiennense posee una singularidad muy especial en los asuntos relacionados con la asistencia médica.

De hecho, los desvelos de las personas responsables de dotar de recursos a nuestro sistema de salud están logrando auténticas maravillas. En esta tierra, los usuarios de la sanidad nos vemos condicionados a adoptar medidas extremas de prevención y todo tipo de hábitos saludables, porque si descuidamos nuestra salud y nos tenemos que someter, por ejemplo, a una intervención quirúrgica, los engranajes del sistema nos conducirían a un auténtico laberinto. Nos veríamos obligados a lidiar con un engranaje complejo dotado de las más innovadoras tecnologías (de ultimísima generación) desarrolladas para dilatar los periodos de asistencia al máximo.

A lo mejor exagero, pero creo que no somos conscientes de la suerte que tenemos de vivir aquí, en Jaén. Las personas que viajamos con cierta regularidad sabemos que cuando atravesamos las carreteras de esta provincia debemos levantar un poco el pie del acelerador, y no solamente a causa del mal estado de nuestras infraestructuras viales. En estas latitudes es necesario extremar las medidas de precaución para no tener contratiempos que podrían llegar a conducirnos a unos centros sanitarios en los que sin duda hay magníficos profesionales de la salud que, sin embargo, trabajan bajo unas condiciones de saturación extrema que les impiden atender determinadas contingencias.

Tal vez los esfuerzos de nuestros gobernantes por generar empleo y fomentar el emprendimiento puedan estar detrás de la situación precaria de la sanidad pública jiennense, que provoca que muchos usuarios, angustiados por la imposibilidad de que el sistema público pueda ayudarles en sus dolencias inaplazables, tengan que recurrir inexorablemente a una sanidad privada en alza.

Y, por otro lado, debemos estar orgullosos de que las estadísticas —que a menudo son remisas a resaltar los buenos resultados de las ratios de nuestra provincia— en el caso, por ejemplo, de las listas de espera, nos distinguen con cantidades de auténtico récord. Son muchas las personas usuarias de la sanidad jiennense que llevan cientos de días a la espera de una necesaria operación quirúrgica. Podemos presumir de cifras muy elevadas capaces de conducirnos al pódium en estas importantes categorías, y si continuamos a este ritmo, llegaremos a batir marcas de campeonato.

Y habrá gente, a pesar de todo, que se queje de ciertas deficiencias. Personas inconformistas y malintencionadas que protestan por la falta de recursos en nuestro sistema público de salud, y que tratan de denunciarlo ante los medios de comunicación. Afortunadamente, este tipo de noticias desalentadoras no tienen apenas recorrido, y seguimos contentos e indolentes ante una realidad de acuciante déficit sanitario que solamente constataremos a ciencia cierta el día en el que nos toque vivirlo en primera persona. Así que, lo dicho: más nos vale cuidarnos por la cuenta que nos trae.

Articulistas