La Fiesta de la Matanza

    09 nov 2023 / 09:16 H.
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    En la Fiesta de la Matanza, que desde hace veinte años organiza la cofradía gastronómica El Dornillo en Valdepeñas de Jaén, con la colaboración del Ayuntamiento y la Diputación Provincial, cabe destacar la muestra gratuita con degustación de tapas de la matanza; el pregón de la comunicadora gastronómica Carmina Martínez; los nombramientos de las matanceras de honor y el embajador del aove de Andalucía de la Federación Andaluza de Cofradías Gastronómicas; la investidura de nuevos cofrades de honor; el hermanamiento de “El Dornillo” con la cofradía gastronómica del Atún de Portugal; el vistoso desfile y el popular almuerzo, así como las tapas y raciones de los bares locales. La clave del éxito de esta fiesta radica en la complicidad e implicación de la sociedad civil del pueblo, especialmente de sus asociaciones culturales: el Centro de Participación Activa, las Asociaciones de Mujeres Ranera y Las Fulleras, la Asociación de Personas con Discapacidad Los Jilgueros, Ticana Teatro y la Charanga Dando la nota, que logran que los días 11 y 12 de noviembre sean unas jornadas repletas de degustaciones gastronómicas, de cultura, de música, de colorido, de bailes, de desfiles, de teatro callejero, de compañerismo, de convivencia y de experiencias inolvidables.

    A mí, la actual fiesta me trae recuerdos de la infancia en los que, de repente, al levantarte una mañana, un olor inconfundible a cebolla cocida que inundaba las calles del pueblo te avisaba del inicio de la matanza. Durante tres días, se preparaba la despensa del año: salazón de jamones y tocino y elaboración de embutidos como la morcilla, el chorizo, el salchichón y la butifarra. Me encantaba el olor de las especias de la morcilla: el clavo, el comino, la canela, la matalahúva, la pimienta, pero, especialmente, disfrutaba jugando con otros niños con una improvisada pelota que hacíamos con la vejiga del cerdo. El cocido, las pajarillas y las chicharras no faltaban durante esos días, y una vez colgados los embutidos, y alrededor de la lumbre, los chistes, el cante y el baile, ponían el punto final a la fiesta.

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