La estacada
En los últimos años, hemos sido testigos de una preocupante tendencia en la política educativa de la Junta: la desinversión en la educación pública. La educación pública es el único espacio donde cualquier niño o niña, independientemente de su origen social o económico, tiene la oportunidad de recibir una educación de calidad. Sin embargo, el constante recorte de fondos y la falta de inversiones en infraestructuras y personal docente están debilitando este derecho fundamental. La Junta debería priorizar la inversión en la escuela pública. Esto no es solo una cuestión de justicia social, sino de coherencia democrática. ¿Cómo podemos hablar de igualdad de oportunidades si seguimos desatendiendo a los centros que educan a la mayoría de la población? Mientras tanto, las cifras nos muestran que una parte importante del presupuesto público se destina a financiar centros concertados y privados. Es decir, se financia con dinero público una educación que, en muchas ocasiones, excluye a quienes más lo necesitan. La estrategia de la Junta parece clara: desmantelar la educación pública para empujar a las familias a optar por la concertada o privada. Esto genera una educación a dos velocidades: una elitista y otra con recursos mínimos. Una política que perpetúa la desigualdad.