La era de la Posverdad

Se ha puesto de moda. Dicen que es la palabra del año. Se trata de “cuando hechos objetivos influyen menos en la opinión pública que opiniones subjetivas o apelar a las emociones”. Porque en la era de la Posverdad eso de contrastar la información no se lleva; la democracia tiene sus errores y permite que los desinformados también voten y así pues pasa lo que pasa. Aquí las redes sociales juegan un papel importante; como no hay filtros cualquier información puede ser tomada como verdad. Veamos dos ejemplos recientes: las campañas electorales de Trump o el Brexit han estado infectadas de todo tipo de mentiras, lo que confirma que mentir en campaña funciona y, seguramente, que el elector es idiota. En España los medios de comunicación venden el mantra de los partidos constitucionalistas (PP, PSOE y Ciudadanos). Los mismos que quieren cambiar la Constitución, qué curioso, son los que se la pasan por el arco del triunfo, porque muchos de sus artículos tienen un fondo social y progresista. Los únicos artículos que sacan a relucir son los referidos a la unidad de España y otras zarandajas patrioteras. Cúmplanla y después hablamos. La Posverdad es una mentira como una Catedral.