La ecuación de la alegría

25 sep 2017 / 10:40 H.

Decía un gran sabio que una vez que empiezas a reír, te empiezas a curar. Hoy reivindico el poder de la risa y de la alegría por encima de todo. Lo hago porque creo sinceramente que hemos perdido de alguna manera la capacidad para ser felices, de disfrutar del día a día de las pequeñas cosas e incluso de la rutina. Es más, ahora que el otoño comienza, sentimos un cierto hastío por el fin de un dorado que ya queda inmortalizado en nuestras fotos. Pues bien, me permito hoy recordarles que somos lo que pensamos, lo que creamos en nuestra cabeza. Las cosas son más sencillas de lo que muchas veces imaginamos. Un pensamiento genera ideas, las ideas acción y la acción hábitos... y todo esto configura, por peregrino que parezca, nuestro futuro. Mi secreto es la paciencia, la observación, la gratitud. Esta es en suma lo que yo llamo la ecuación de la alegría de las pequeñas cosas. Ténganla en cuenta, aprovechen cada instante, los días de principio a fin, las playas aún llenas de vida, los chiringuitos, nada está perdido ni terminado. Salgan al campo, a la calle, con los suyos con los otros... no lo duden: disfruten. No me gusta dar consejos. Les comparto simplemente la razón que cada día me hace ser la persona que soy.