La cuesta del año

Hace décadas periodistas y presentadores de televisiones nos atemorizan con la acongojante cuesta de enero. Ciudadanos, familias y empresas subimos renqueantes, mulas de carga fiscal, la pedregosa cuesta del día a día, no solamente en enero sino mes a mes hasta diciembre, a trompicones, como el eterno Sísifo, castigado a arrojar su peñón y volverlo a subir sin censar. Por los excesos navideños quedamos exhaustos, dicen, para subir la dificultosa cuesta de enero, por esto comercios y empresas crearon las caritativas rebajas de enero -¡ojo a los timos y engañifas!- al ofrecer precios reducidos en ropa, electrodomésticos, etc. En enero aumentan los precios de tarifas, correos, peajes, embalajes, plásticos, tasas, gasolinas, gas, transportes, telecomunicaciones, etc., zancadillas a familias y empresas para la cuesta anual. Las empresas suben sus precios con incrementos del 8 al 15% del IPC, sobre 30% más caros los huevos, leche, azúcar, aceites, grasas y carnes. En Jaén peor por la escasísima campaña de aceituna. Más impuestos, más inflación en precios, menos consumo, desempleo, recensión, más deuda soberana. ¡Cuesta anual del calvario!