La Catedral de Jaén

02 jul 2019 / 12:34 H.

El artículo no hablará de balcones que dan un aspecto palaciego a las fachadas, ni de comparaciones con San Pedro o El Escorial. El artículo no pretende dar lecciones de cómo se corta la piedra o de técnicas constructivas, ni siquiera hablará de la armonía que consiguen las naves que quedan a una misma altura, en todo caso, lo único que pretende es para aportar un granito de arena voluntarioso que realce la figura de una iglesia de salón (por lo diáfano de su espacio) que fue levantada por una colectividad ávida de poseer en su ciudad la más elegante de las catedrales del Renacimiento español. Una vez mencionado su carácter colectivo, entraré de lleno en el inicio de una historia que sustenta la proeza que se acometió allá por el 1551 cuando se puso la primera piedra renacentista sobre una vieja catedral gótica que empezó a construirse allá por el año 1493. En honor a aquella proeza, hoy podemos hablar de un templo metropolitano que se apodera del espacio urbano tal y como le corresponde a la joya arquitectónica más importante de Jaén. Fueron doscientos cincuenta años de esfuerzos y sacrificios para construir una edificación que se hizo realidad gracias a las desinteresadas colaboraciones que la sostuvieron. Hasta donde yo conozco, puede afirmarse que desde cualquier ángulo se puede ver el altar mayor (el coro es posterior), que cada nave tiene su puerta de salida y que la maqueta que realizó Vandelvira se materializó con maestría.

Si yo pudiera demostrar las condiciones de integridad y autenticidad de la Catedral, reforzaría los criterios de su Valor Universal Excepcional y la inscribiría en la lista de Patrimonio Mundial. Si yo conociera la fórmula para que el conjunto urbano en el que está situada la Catedral, formara una unidad con ella, la desarrollaría para que finalmente se hiciera justicia con esta pieza única que ofrece una increíble unidad estilística, más allá de que haya que contrarrestar las amenazas que la acosan, como son el fuego, la erosión atmosférica, la actividad sísmica o la penetración de humedad. Fue reconocida por prestigiosos personajes como Juan de Aranda, Vandelvira, López de Rojas, Miguel de Quesada, Pedro Salmerón y un largo etcétera de personajes anónimos que con su trabajo lograron rematar la bella cúpula del crucero.

Transcurridos diez años desde que se inició el procedimiento para declararla Patrimonio de la Humanidad, este: Monumento Histórico-Artístico (1931) y bien de interés cultural (1985), no ha conseguido aún su objetivo. Le recordaría a la Unesco y en particular a Patrimonio de la Humanidad, que la Catedral de Jaén está incluida en su programa de bienes de interés cultural desde 2008, y añadiría, que estaríamos eternamente agradecidos si se encargara de velar por su salvaguarda y protección y quedara así preservado su valor cultural. Desearía que este bien cultural en el próximo informe de Icomos recomendara la extensión de conjunto monumental renacentista de la Catedral de Jaén a los de Úbeda y Baeza y no cayera en un deterioro continuo por no prestarse una asistencia adecuada a la conservación de un bien único que precisa de trabajos que anulen los aspectos negativos del informe de Icomos. Habrá que investigar para demostrar que la catedral de Jaén fue construida conforme al diseño inicial de Andrés de Vandelvira.