La carcoma

02 abr 2019 / 10:06 H.

La carcoma es una pequeña larva que excava interminables galerías en la madera seca, de la que se alimenta, y es capaz de destruir el mueble más fuerte, sólido y mejor construido. La adicción a sustancias peligrosamente nocivas es la carcoma que destruye al ser humano. Si hacemos una detenida y profunda reflexión, veremos que la adición es mucho más destructiva que la carcoma, porque la adicción tiene más formas de atacar, como la droga, el alcohol, el juego, el sexo, el dinero, el poder... Es por eso que la adicción causa más víctimas que la carcoma y, además, más dolorosas, porque la carcoma sólo destruye un mueble, pero la adicción ha arruinado y sigue arruinando la vida de miles de personas.

Son incontables las personas anónimas que se están absorbidas, dominadas, por las adicciones, pero también hay incontables víctimas entre personajes famosos, como actores, cantantes, deportistas, que han arruinado su salud y su estatus social por esta causa. Los informativos hablan actualmente de la lamentable situación en la que se ha sumergido un actor muy popular, como es Quique San Francisco, a causa de una vida desordenada por las drogas. He sentido de siempre una especial simpatía por este actor por varios motivos. Hace humor, le conocí cuando, siendo un niño de unos 14 años, participó, en 1967, en la película “Aprendiz de clown”, junto al famoso payaso catalán Charlie Rivel, y porque es hijo del actor Vicente Haro, a quien conocí personalmente en nuestra ciudad cuando formaba parte de la compañía de José Tamayo, y le vi varias veces en escenarios de Jaén y Madrid. Vicente Haro, fallecido en 2010, estuvo casado con la actriz Queta Ariel, de cuyo matrimonio nació Quique, y después se casó con la popular actriz Ana María Vidal. Las relaciones de Quique San Francisco con su padre comenzaron cuando Quique era ya un adolescente y había iniciado su vida como actor, comenzada a los seis años de edad. Quique ha intervenido en docenas de películas y programas de televisión y tuvo una relación sentimental con Rosario Flores, rota precisamente por la adicción a las drogas del actor. Con el paso del tiempo, ya tiene 64 años, su vida profesional se ha ido empalideciendo y, recientemente, Quique ha perdido su vivienda a causa de sus deudas. Su deterioro personal se nota, pero aún está a tiempo de levantarse. Su popularidad aún tiene rescoldos que podrían prender de nuevo.