La buena gente

    21 jul 2021 / 16:13 H.
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    E s verdad que de todo hay en la viña del Señor. Buenos, malos, mediocres conforman el personal, con el que tenemos que empanizar o aborrecer. No hay más cera que la que arde. Menos mal. Todavía hay personas que te dicen buenos días, vaya usted con Dios, me alegro de verte... De la gente mala, como de los políticos mediocres, hay que huir como demonio al que le han mencionado Dios. Este dicho popular me viene como anillo ajustado al dedo, pues está relacionado con el enunciado que abre como título esta columna de la mirilla. No es igual tener una familia en La Mancha, que una mancha en la familia. Y es que entre las familias siempre ha habido los garbanzos negros, es decir, aquella personas que no saben convivir porque son tan malos como aquellos sinvergüenzas que le pegan o matan a las mujeres, esos lobos que merodean para acechar a la víctima, su madre o la madre de sus hijos a la que le da muerte, ya por celos, u otras trágicas circunstancias, que solo un sociólogo me puede explicar. Reciente está ese hombre tinerfeño que ha asesinado a sus dos hijas, dos niñas que empezaban a vivir, un loco que las ha echado al mar para que sean pasto de los peces. Esa persona me ha dicho hasta luego, lo que quiere decir, que la buena gente vive entre nosotros.

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