La buena gente

    08 abr 2020 / 16:32 H.
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    Decía Jarcha en una de sus estrofas del tema Libertad sin ira: “pero yo solo he visto gente muy obediente hasta en la cama”. Yo, con 11 o 12 años, no llegaba a entender aquel fragmento del disco que acaba de comprar junto a mi padre en Galerías Preciados. Hoy, más de cuarenta años después, sigo viendo gente obediente que asume la situación actual con tristeza, pero con entereza, que se está dejando la piel en distintos ámbitos profesionales de muy distinto reconocimiento social por ayudar a los demás, personas que colaboran fabricando mascarillas o respiradores, colectivos que intentan alegrar con música a los demás, como la Tuna de Distrito de Jaén de la cual, hoy más que nunca, me enorgullezco de haber formado parte de ella, personas que desde los balcones buscan la mirada del vecino para sonreírle, funcionarios de prisiones que lo están pasando muy mal para trabajar, voluntarios que ayudan sin recibir nada a cambio. España, esa España que últimamente está siempre cabreada con todo, esa España a la que muchos temen nombrar, será una multiculturalidad y toda la palabrería que nos quieran vender, pero también es un lugar en el que habita muy buena gente.

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