La agri y la cultura

21 feb 2024 / 09:35 H.
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La cultura y la agricultura han tenido unas palabras feas la una con la otra. Son primas hermanas, no en vano tienen el mismo apellido, pero últimamente andan los ánimos un poco caldeados entre ellas.

La cultura se fue del pueblo siendo muy joven, quería labrarse un porvenir en la capital, y ahora, que ha conseguido ser importante, que tiene un montón de libros publicados, y que sale hasta en la tele, se mantiene un poco alejada de sus raíces. Y eso no le sienta bien a su prima, la agricultura, que la ve como una estirada presuntuosa.

Y es que, cuando uno ve las luces de la fama, a veces tiene la tentación de pensar que lo que hay detrás es un brillo artificioso e insustancial. Por eso, cuando aparecen en los medios ciertas noticias, la agricultura tiende a creer que su prima es una holgazana y que lo que hace no tiene una utilidad real, y no se da cuenta de todo el trabajo que hay detrás, ni de la precariedad e inestabilidad de su trabajo.

Y a veces se olvida, la agricultura que, por ejemplo durante la pandemia, los vídeos y los escritos que le enviaba su prima desde la ciudad consiguieron atenuar su sensación de soledad. Y las entretenidas historias que la cultura le contaba le ayudaron a sobrellevar aquel periodo tan tedioso.

La agricultura no suele salir del pueblo, está muy centrada en la tierra, en sus cosechas y en sus fatigosas tareas. Y anda bastante desquiciada últimamente, porque se siente maltratada y cree que su trabajo no es suficientemente valorado. Y eso la trae de cabeza y le genera un cierto resquemor que se ve obligada a exteriorizar. Y por las noches, en la taberna, entre partida y partida de cartas, se generan discusiones entre los lugareños, y en ocasiones algunos vecinos, con unas copas de más, critican el trabajo de su antigua paisana que ahora malgasta el dinero de todos en hacer películas y obras de teatro que cuestan muchos euros y que no ve casi nadie porque son un bodrio y una porquería. Y a la agricultura no le gusta que se metan con su familia, pero se muerde la lengua y se mantiene en silencio. La verdad es que no está muy de acuerdo con unas críticas tan insustanciales, sin embargo no se decide a defender a su encumbrada prima. De hecho, hace poco se habló de boicotear con tractores la ceremonia de los Premios Goya, y allá que fueron todas y todos los del pueblo para hacer constar su desapego hacia lo que aquella ceremonia representaba.

Y a la mañana siguiente la cultura, muy enfadada, llamó por teléfono a su prima del pueblo, y la puso a parir. Le dijo que jamás habría imaginado que iba a ser capaz de hacerle un desprecio semejante, y se enzarzaron las dos en discusiones muy fuertes, en las que se llegaron a acusar mutuamente de ser unas inútiles mantenidas artificialmente por las administraciones, incapaces de competir con la producción de otros países, y se echaron en cara la cuantía de las subvenciones recibidas.

Y es muy triste algo así. Porque las dos son fundamentales y necesarias. Y aunque han estado muy separadas, cada una centrada en lo suyo, tienen muy buen fondo las dos, y suelen ser generosas y apañadas. Lo que pasa es que tienen un carácter muy fuerte. Y se dejan llevar, a veces, por lo que les dicen unos y otros, que lo que quieren es sembrar cizaña para sacar beneficio propio.

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