Kilómetro cero

18 jun 2019 / 09:50 H.

A lo largo de sus ya casi cien años de historia, la afición del Real Jaén se ha visto sumida muchas veces en el desencanto, como lo está en estos momentos. Estar cerca de la meta y volver al kilómetro cero es muy duro. Y son esos mil aficionados realmente leales e incondicionales los que más lo sufren, pero precisamente son ellos los más preparados y fortalecidos para estar dispuestos a empezar de nuevo el camino. Su fe es inquebrantable, son la auténtica base para que el Real Jaén siga adelante. Siempre están dispuestos a prestar su apoyo y lo seguirán haciendo. Y yo los admiro por su lealtad, por su amor a los colores de un club que, de vez en cuando, les da muchas satisfacciones. Pero en las alegrías y en las desilusiones ellos siempre permanecerán en su sitio, porque su fidelidad es inquebrantable.

Se ha perdido una cosecha por falta de los conocimientos más básicos para sacarla adelante. El punto más flaco estuvo en el entrenador, Germán Crespo, que nunca entendió lo aprovechable de su grupo de jugadores ni qué hacer con ellos en cada momento. También influyó en la colaboración y protección de la que gozó dentro del seno directivo. Decirlo ahora parece sencillo, pero lo hice público e incluso lo comenté con algún responsable del club hace meses, cuando podía haber solución. Es igual, el sistema era mucho más económico para el club y eso era lo importante. Se olvidó que el dinero del mezquino anda dos veces el camino, y se han pagado muy caras estas licencias. Ya nada importa, se ha perdido una cosecha que pudo ser brillante y lo que hay que hacer, desde ya mismo, no es lamentarse, sino empezar a sembrar otra.

No sé cómo estará ahora Tomás Membrado. Supongo que no muy bien. Pero a mí me inspira confianza y le creo capaz de poder culminar sus ilusiones, sus proyectos. Se trata de un hombre honesto, serio, amable, aunque a veces no se muestra demasiado asequible. Pero creo que merece confianza. No soy yo quien tiene que darle consejos a nadie, pero sí puedo expresar mis pensamientos, mis opiniones. Y estas me llevan a pensar que Tomás Membrado puede seguir siendo un buen presidente, pero que debería prescindir de parafernalias a la hora de confeccionar su equipo de colaboradores. Menos consejeros, menos asesores, menos expertos y sólo unos cuantos que sepan de verdad de qué va todo esto del fútbol.