Justicia y bien, la vida de Reyes

Eterno e insustituible secretario de la Audiencia Provincial, Reyes Ansino dedica ahora su tiempo a la PAC (el paseo, la agricultura y a la casa del campo) >> Pocos sabe de democracia como este fuensanteño que ha trabajado en 50 elecciones >>

21 jul 2019 / 12:37 H.

Reyes Ansino Peña es un señor de la Justicia, un fiel caballero de la ley, al que sería justo y necesario colocar en un pedestal, merced a dos considerandos principales, de un lado que la maquinaria administrativa haya funcionado eficiente en Jaén durante las últimas décadas y de otro, su aportación a la buena convivencia ciudadana por su sabia mano izquierda. Les hablo del secretario general más longevo que haya existido jamás en España y, por lo tanto, tengamos un considerable respeto a este señor que ahora, ya en el júbilo de los papeles con membrete del Estado y la Ley, dedica todo su tiempo a sus nietos y a sus olivos en su Fuensanta querida y amada, como su Loli del alma. Se jubiló Reyes el año pasado, con 43 años, 7 meses y 12 días y a los 72 años de edad, que eso es apurar y dedicar años al servicio ciudadano, eso no es pose ni palabrería, mismamente cuando ya no podía apurar más trabajando. Así es este buen funcionario y mejor persona, que no pierde la virtud de la mesura y el equilibrio ni defendiendo a su Barça (bueno quizá aquí un poco, pero poquillo solo) porque él es de los que cree en Dios y en Guardiola, en el Papa Francisco y en los amigos. Sin esquinas y sin requiebros, leal y honesto, tenerle cerca siempre es un orgullo, un lujo de los pocos que quedan hoy día donde la locura por los selfis y las redes sociales dejan las relaciones humanas a los pies de los caballos si mandamos cientos de mensajes y somos incapaces de llamar a alguien y decir un simple hola... Pero esas son otras historias de modernidad, que él combate con cercanía y debate. Una buena tertulia con él enriquece tanto como hidrata y alimenta una rica cerveza con su tapa, a las que Reyes nunca rehuye, igual que a la confrontación y la convivencia de ideas en esta España tan dada a los extremismos que este fuensanteño por los cuatro costados detesta. Ahora descansa, sin expedientes judiciales que llevarse a la mano y dormirá fresquito y a pierna suelta en la Sierra Sur, pero podría decirse que él ha dormido siempre con la conciencia tranquila y a las pruebas, señoría, podemos remitirnos... ¡Qué cosa más grande para la vida de alguien!