Julio... en invierno
La democracia tiene unos mecanismos que logran que una lista, que es la más votada, gobierne o no dependiendo de la bajada de pantalones con la menos votada, que manda más que una suegra desde el sofá. Y, dependiendo del afectado, es éticamente reprobable o políticamente correcto que sea la que ostente el “power”. La moción de censura es al PSOE lo que Negreira al Barcelona. No se entienden sus historias sin esas influencias. Julio Millán fue un gran alcalde. De hecho, salvo una, creo que Jaén ha tenido grandes alcaldes. Con mejores o peores equipos, menos o más implicados con el pueblo, unos que se meten en el fango y otros que lo critican como si fuera una Losa, por cierto, pedazo concejal. El hecho es que el jiennense lo eligió como su preferido. Julio casi en junio. Pero por aquello, gobernó Agustín. Otro pedazo de alcalde. Que no le han dejado terminar de serlo. Ya veremos si los merecimientos de los que merecen lo que tendrán, lograrán que sea una acertada elección —lo mismo el método PSOE de “agradecer” a quienes les aúpan al sillón nos sirve y crecemos como roseta en aceite caliente— o, por contra, cortar un progresivo mandato con brotes verde oliva... sale rancio.